Hasta la fecha, al cambiar de un operador a otro era necesario recibir primero la nueva tarjeta, con posterioridad se concreta la fecha para la portabilidad (que sucede de madrugada) y si nada se torcía, ese día ya estábamos operando en la nueva red. Entre una cosa y otra pasan días, que son aprovechados, dicho sea de paso, para que el operador que abandonamos nos bombardee a llamadas y mensajes, y no siempre en términos amistosos. Las políticas de retención son efectivas y cuanto más tiempo pasa en una portabilidad más posibilidades de éxito tienen.
Ahora sí: adiós para siempre al ‘roaming’
Las SIM, por otro lado, suponen un engorro para los fabricantes de móviles ya que ocupan un espacio valiosísimo en unos chasis cada vez más compactos. Apple declaró la guerra a este elemento siendo pionera en la reducción de su tamaño, aunque parece que el límite está en la nanoSIM que ahora equipan los nuevos iPhone y smartphones de última generación.
Las tarjetas exigen además a los fabricantes la disposición de ranuras o formas de acceder a ellas que encarecen los procesos de diseño y fabricación, y en este mercado hasta el último céntimo de coste marca la diferencia. ¿A quién beneficia entonces la anacrónica SIM? Bien, pues parece que los únicos que han obtenido un rendimiento del molesto proceso de cambio de tarjetas han sido los operadores, que han encontrado en ellas una insuperable barrera de salida en muchas ocasiones y también la excusa perfecta para atizar bien al cliente con el roaming.
Pero esto tampoco es del todo cierto, puesto que esta migración masiva de formato no sería posible sin la presencia de los grandes operadores: en torno a la GSMA (la asociación que engloba a operadores y fabricantes de telefonía) y según ha filtrado ese medio, los grandes suministradores de red están de acuerdo en dar el salto y entre ellos se encuentra Telefónica.
Sin embargo, lo realmente llamativo de este proceso es sin duda el presunto acuerdo entre Apple y Samsung, que se materializaría en sendos smartphones que verían la luz este mismo año y ya carentes del cartón de la SIM: el próximo iPhone y el Galaxy Note 5, serían los primeros modelos que incorporarían la esperada eSIM. En el caso de Apple no sorprende tanto, puesto que los de Cupertino ya comenzaron su andadura en solitario con la Apple SIM, una tarjeta que permite a los propietarios del iPad moverse por el mundo sin preocuparse por el temido roaming.
Y quien sin duda va a salir beneficiado con esta medida será el usuario particular, que podrá cambiar de operador en un abrir y cerrar de ojos, o activar tarifas locales cuando viaje al extranjero, una eliminación de de facto del mencionado roaming. Es muy tentador pensar también que la eSIM puede ser el paso previo para la entrada de los fabricantes (Apple, Google o Samsung) en el mercado de los proveedores de red: uno es cliente de una marca, y esta le proporcionaría todos los servicios, incluidos los de telefonía.
Con todo y pese a la presunta inminencia de la adopción del nuevo formato, quedan todavía muchas incógnitas por despejar: ¿qué pasará cuando un particular venda su móvil? ¿Y si se lo roban? No hay fechas, pero todo parece indicar que a finales de año, precisamente con los lanzamientos de los mencionados móviles, tendremos más detalles.
http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2015-07-22/apple-y-samsung-se-alian-para-desterrar-las-tarjetas-sim_937939/