Dada la importancia y trascendencia que ha tenido este sociólogo sevillano en la vida política de nuestro País, y que continúa teniendo; junto con el hecho de que es un profesional que odia el aparecer en primera plana, y del que la ciudadanía apenas conocemos nada de él, creo conveniente recoger algunos detalles de un nuevo libro que va a aparecer sobre su vida y logros, y que ha resumido el diario “El Mundo”.

Alguien pensó que tras el fracaso en su asalto al feudo de Andalucía y el fiasco de las europeas, que el fin de Arriola estaba cerca. Según sus críticos, el viejo consultor había perdido el olfato para olisquear los cambios en la sociedad tras cinco lustros de asesoramiento a los presidentes del PP, Aznar (1990-2004) y Rajoy (2004-¿).

Pocos días bastaron para confirmar que erraban. Rajoy lo convoca como ponente en la reunión secreta de los miembros des estado mayor popular los días 6 y 7 de junio en el Parador de Toledo. Fue Arriola quien llevó la voz cantante y propuso la estrategia a seguir.

En el verano de 2013, Arriola pasó por momentos muy difíciles, debido a que Bárcenas entrego al Juez Ruz una factura de Arriola por un importe de unos diez millones de pesetas y que ponía de su puño y letra “pesetas negras”. Para un ciudadano que procurar pasar desapercibido, verse en las portadas con un asunto tan feo no es algo que agrade. El sindicato Manos Limpias pide su imputación.

Respecto a PODEMOS, Arriola no acierta a anticipar el éxito que tuvieron en la europeas, parecía otra vez el fin de Arriola. Pero en la reunión del Parador de Toledo, Arriola hace ver al PP que PODEMOS no es el problema sino la solución. Porque ello permitirá al centro derecha movilizarse de forma masiva, teniendo en cuenta que lo que infunden los chicos “de la coleta” es “miedo”. Ese miedo bien agitado será un revulsivo contra el principal mal de la derecha, que es la abstención.

Cuando empiezan las cavilaciones de Aznar para nombrar sustituto al frente del PP, Arriola sabe que también está en juego su futuro. Que Arriola hizo papeles para Aznar está fuera de toda duda. Arriola prefería claramente a Rato por múltiples razones. Pero había un punto en que ganaba Rajoy, y es que no producía rechazo ni dentro ni fuera del partido.

Cataluña, como gran cuestión de Estado y que tanta desazón produce en Rajoy ha estado en la agenda de trabajo del consultor. Básicamente, Arriola ha sostenido la estrategia del Presidente, esperar impasible y sacudir con la Ley. Punto. Sin apearse un milímetro de la posición institucional de guardián del Estado constitucional. Frente a los que piden la Acorazada, Constitución, y frente a los que exigen entreguismo, firmeza. Pueden perder votos en Cataluña, pero se ganan en el resto de los territorios.