Nuestro futuro está siendo hipotecado por el déficit público, que nos están llevando las políticas del Gobierno del Sr. Rajoy. Muchos recortes y muchas subidas de impuestos es la que nos han impuesto y estamos sufriendo, pero de una forma tan mal conducida que no han evitado el aumento espectacular del déficit público, precisamente todo lo contrario a lo que pretendían con los recortes. Durante los tres años de Rajoy en la Moncloa la deuda del Estado ha subido 32 puntos, desde el 67% al 99% del PIB.

En los años de bonanza también teníamos déficit público, pero era algo muy digerible. Eran alrededor los 5.000 millones de euros anuales, es decir, el 2-4% del PIB.

Pero en el 2009 el déficit ya fue de 116.429 millones de euros, el 11,10% del PIB. Estas cifras se repitieron en años sucesivos hasta que el 2013 bajaron hasta los 72.577 millones de euros, el 7,1% del PIB.

Cuando el PP tomó el Gobierno, aplicó la política dictada por Berlín, recortando gastos y aumentando los impuestos, en contra de lo proclamado en su campaña electoral. Pero los gastos que recortó fueron básicamente los relacionados con el bienestar social, educación y sanidad, olvidándose de los muchos gastos que están ocasionando los mismos políticos. Por ejemplo, el mantenimiento de las Diputaciones provinciales corresponde únicamente al favor que se auto-conceden los políticos que por azares de la vida y de las elecciones tienen que pasar a un segundo plano.

Lo mismo ocurre con el Senado, refugio que se utiliza para pagar favores a los correligionarios. Casos muy conocidos como Bárcenas o Montilla, son la norma dentro de la casa. Viven de lujo sin aportar nada a la sociedad.

Los Consejos de cada CCAA. Gallardón se ha acogido al de Madrid, por solo  100.000 euros anuales. Los ex presidentes de Gobierno que tienen salarios estratosféricos con posterioridad a su cese y que además cobran de varios consejos de administración. Aznar acaba de comprarse una casa en Marbella solo por 2 millones de euros.

La casta se auto-protege, mientras va recortando por sanidad y educación.

En cuanto a los ingresos, con Rajoy están sobre los 120.000 millones de euros anuales, evidentemente muy por debajo de los gastos, y ello a pesar de los aumentos de los tipos impositivos.

¿Dónde nos conduce todo ello?, pues simplemente a la bancarrota. Según los presupuestos presentados recientemente por el Gobierno, en el próximo año el coste del déficit público equivaldrá al coste de todas las pensiones. A lo que hay que considerar que mientras el Gobierno puede modificar el coste de las pensiones a su voluntad, no tiene ninguna intervención para modificar el coste del déficit. Entre pensiones e intereses del déficit se llevan ya el 60% del total presupuestado. Claro que han tenido que recortar inversiones en infraestructuras. Salvo en los costes que produce la casta política, vamos a asistir a mayores recortes todavía en años sucesivos. Así hasta la bancarrota.

Lo que está claro es que con tales niveles de endeudamiento cualquier turbulencia política o económica puede disparar la prima de riesgo o incluso cerrar los mercados de capitales a nuestros gobiernos, lo que originaría automáticamente una situación prerrevolucionaria.