El pasado septiembre fui a conocer el País Cátaro, que formó parte de Occitania. Haciendo base en Toulouse hice excursiones diarias en las que conocí: Foix, Montsegur, Montauban, Saissac, Carcassonne, Albi, Cordes sur Ciel y Montelieu. Un viaje apasionante en el que confluyen intereses históricos (la revuelta albigense), intereses lingüísticos (el occitano) y los propios de conocer una nueva región no muy turística pero sí interesante.

El occitano prácticamente ha desaparecido en la zona que he visitado. Según Wikipedia es una lengua hablada por 3 millones de habitantes. Pero por lo que yo he visto dudo mucho que esta cifra sea real. Ni periódicos, ni radio ni conversaciones escuchadas sin querer. Los empleados del hotel no tenían ni idea. En fin, lo único que he podido observar es que el Ayuntamiento de Tolosa mantiene la doble rotulación de las calles, y así, he podido comprobar lo muy parecido que debía ser a nuestro catalán. Por ejemplo: Rue Villaneuve y Carrièra Vilanova, o Rue poids d´Huile y Carrièra Pes de l´oli. Confiemos que nuestro catalán no se vea nunca en esta posición.

Tolosa es una ciudad de 500.000 habitantes con todas las ventajas de las grandes urbes, con periférico, metro, amplias zonas peatonales, etc..pero sin casi ninguno de sus inconvenientes. No está en absoluto masificada. Ciudad alegre que sabe vivir bien la calle, con muchas terrazas y tenderetes que te venden de todo. Su centro principal es la plaza del Capitolio, la de De Gaulle, la de Wilson y la calle peatonal de Alsacia. En esta zona es donde compran, se divierten, van al cine, toman un refresco o cenan al restaurante. En Tolosa se vive bien.

De las otras poblaciones visitadas, destaca de forma muy importante Carcassonne. La ciudad nueva en sí no tiene nada de particular, pero tienen lo que ellos llaman la Cité, que es la ciudad medieval, que ha sido sucesivamente reconstruida. Tiene una doble muralla, un castillo que nunca fue conquistado a la fuerza, una Basílica muy interesante , y en medio de todo ello callejuelas estrechas y tortuosas propias del Medioevo. Hay casas del siglo XIV y posteriores. Y todo ello muy bien reconstruido, tal que no se necesita ninguna imaginación para situarte en medio de la cruzada Albigense.

De las otras poblaciones destaco a Albi y a Cordes sur Ciel. Albi es la villa donde nació Toulouse-Lautrec, y en donde hay un museo con algunas de sus obras. Pero lo más interesante de Albi es su Catedral/Fortaleza. Es la mayor Catedral Gótica hecha totalmente de ladrillos. Tiene una presencia exterior imponente, ya que sus constructores quisieron hacer de ella una fortaleza contra la invasión del Rey de Francia.

Cordes sur Ciel debe su nombre a que en la Edad Media estaban especializados en la fabricación de cuerdas. Es un pueblo pequeño situado en lo alto de un montículo, y que en buena medida han sabido conservarlo tal y como era en el siglo XIII. Una maravilla pasear por sus calles y observar las casas y palacetes del Medioevo.